¿Cómo saber qué tendón está afectado? La ecografía puede ser la respuesta
El hombro o mejor denominado, la cintura escapular, es un conjunto de estructuras anatómicas que presenta cinco articulaciones con sus correspondientes tejidos. Dichas articulaciones son: glenohumeral, subdeltoidea, escapulo-torácica, externo-clavicular y acromio-clavicular. Cada una de ellas se encuentra protegida por numerosos ligamentos, tendones, bursas y músculos; además de otros tejidos como la piel, el tejido subcutáneo, los nervios y los huesos. Este hecho hace que el hombro sea la articulación con mayor movilidad del cuerpo humano.
No obstante, se presenta un hándicap a nivel biomecánico: cuanta mayor movilidad, mayor puede ser el desgaste de esas estructuras. Y aquí viene la pregunta principal: cuando una persona sufre dolor de hombro, ¿qué estructura puede ser la causante de esa molestia o estar afectada? Los terapeutas y doctores tienen extensos conocimientos en anatomía, biomecánica y en la realización de test ortopédicos y neuromusculares que ayudan a conocer qué movimientos son dolorosos y qué tejidos pueden estar afectados.
Sin embargo, en la cintura escapular es difícil y complejo conocer qué estructura causa el problema, ya que el espacio donde se congregan todos los tejidos es pequeño y el número de éstos es extensamente amplio. Todo se encuentra relacionado entre sí y si algún tendón, ligamento o músculo está inflamado y/o degenerado va a producir una irritación en las estructuras cercanas; por lo que es muy difícil averiguar mediante la palpación o los test ortopédicos y neuromusculares cuál es la estructura afectada.
¿Qué podemos hacer entonces para averiguar y obtener una respuesta a este problema? Una prueba de imagen que valore el estado de todos los tejidos en tiempo real tanto en movimiento como en estático. Esa prueba es la ecografía: no dolorosa ni invasiva, sin efectos secundarios, muestra resultados en tiempo real y permite tomar fotos y vídeos. La ecografía muestra una gran sensibilidad y especificad en sus resultados, por lo que es una prueba de imagen ideal a la hora de valorar el hombro.
El protocolo de evaluación mediante ecografía divide el hombro en diferentes zonas corporales y analiza todas las estructuras una a una, permitiendo conocer el estado exacto de todas ellas y arrojando información esencial. Siempre se debe analizar el hombro lesionado y el hombro sano, para poder ver si existen diferencias significativas entre ambos. Una vez se obtienen los resultados ecográficos, la persona encargada de realizar la prueba necesita evaluar minuciosamente todas las fotos y vídeos que se han guardado; buscando alteraciones en los tejidos y comparando ambos hombros.
Tras completar ese examen visual, se redacta un informe de ecografía donde se detalla el tipo de evaluación realizado y los hallazgos anatómicos con las alteraciones encontradas y dónde. Gracias a saber qué tipo de tejido se encuentra alterado, es posible realizar un plan de tratamiento más específico centrado en la recuperación de esa estructura. Así, se puede ayudar a conseguir un mejor estado de bienestar y el proceso de recuperación será mejor y más rápido.