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La termografía es una tecnología moderna sin radiación y, por tanto, no invasiva, que detecta los cambios de temperatura en el cuerpo humano.
Como la inflamación es el primer signo de muchos procesos patológicos, la imagen térmica es una herramienta extremadamente útil para que podamos analizar su efecto.
Entender el dolor no siempre es sencillo. Por ejemplo, si bien puedes experimentar dolor en el brazo o la pierna, ese dolor podría originarse en una región diferente del cuerpo, como el cuello o la zona lumbar. La termografía nos ayuda a determinar la fuente de tu dolor y puede usarse para obtener un diagnóstico preciso por sí sola o junto con radiografías y/o resonancias magnéticas.
También podemos usar la termografía para monitorizar tu progreso y la remisión de la inflamación, para controlar la descompresión nerviosa, la mejora de la circulación del sistema vascular, el aumento del drenaje linfático y más.
Lo más importante es que podemos comprobar el progreso objetivamente por lo que no sólo tu te vas a SENTIR MEJOR, sino que el escáner semanas después mostrará una reducción de la inflamación en el cuerpo.