Un ecógrafo es una herramienta sanitaria, anatómica y funcional que ayuda a valorar el estado de ciertas estructuras del cuerpo humano: musculatura, tendones, nervios, ligamentos, huesos, articulaciones y órganos. El ecógrafo permite ver y valorar en tiempo real cómo se encuentra el tejido que está siendo estudiado y poder así realizar un diagnóstico de fisioterapia.
Aparte de poder brindar un diagnóstico muy específico y poder conocer con una gran seguridad qué ocurre en ese tejido, el uso del ecógrafo tiene otros múltiples beneficios:
- Todo el proceso se realiza de manera instantánea y a tiempo real, sin necesidad de esperas. Es posible tomar fotos y vídeos.
- Es un abordaje seguro, no invasivo, no doloroso y que no produce efectos secundarios en la salud de los pacientes como los Rayos-X.
- No solo ayuda a facilitar un diagnóstico al paciente, sino también puede valorar la evolución de los tejidos tiempo después del primer diagnóstico; viendo así, como ha avanzado la lesión y si el progreso ha sido positivo o no.
- Es posible usar el ecógrafo como ayuda a la hora de realizar otras técnicas como ondas de choque, punción seca o neuromodulación. Aporta información y seguridad en la técnica.
Como se puede observar, el ecógrafo es una herramienta muy versátil que aporta tanto información diagnóstica inmediata como ayuda a la hora de localizar las zonas a tratar. Existen dos tipos de ecógrafos hoy en día:
1) Fijo. Anclado a un ordenador y una impresora con cables. Son pesados, ocupan mucho espacio, pero ofrecen una calidad de imagen superior.
2) Portátil. Con cables o sin ellos, funcionando por Wifi. Son ligeros, fáciles de transportar y muy prácticos, sin embargo, la batería dura poco y la calidad de imagen es menor en comparación a los fijos.